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martes, agosto 18, 2015

Pero la Eucaristía no es una oración privada...

Ciudad del Vaticano (Martes, 18-08-2015, Gaudium Press) Las palabras de Jesús sobre el Pan de la Vida contenidas en el Evangelio de San Juan dieron al Papa Francisco ocasión para que él hiciese su catequesis en la alocución que antecede a la recitación del Ángelus en este domingo pasado que, litúrgicamente, es el XX del Tiempo Común.
"El pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros". "Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día".
El Pontífice dice: "Primero las preguntas: ¿qué significa "comer la carne y beber la sangre" de Jesús? ¿Es solo una imagen, una manera de decir, un símbolo, o indica alguna cosa de real? Para responder, es necesario intuir lo que sucede en el corazón de Jesús mientras parte los panes para la multitud hambrienta. Sabiendo que deberá morir en la cruz por nosotros, Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido y esto se torna para él la "señal" del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su ápice en la Última Cena, donde el pan y el vino se tornan realmente su Cuerpo y su Sangre. Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con un objetivo muy preciso: que nosotros podamos tornarnos una sola cosa con él".
Eucaristía y oración privada
"La comunión -afirmó el Papa- es asimilación: comiéndolo, nos tornamos como él. Pero esto requiere nuestro ‘sí', nuestra adhesión de fe". A propósito de los cuestionamientos en relación a la participación en la misa, del tipo "voy a la Iglesia cuando me dan ganas o, rezo mejor solito".
"Pero la Eucaristía no es una oración privada o una bonita experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús hizo en la Última Cena. Nosotros decimos, para entender bien, que la Eucaristía es "memorial", o sea, un gesto que actualiza y torna presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros".
El Papa observó que, si comulgamos con fe, alimentándonos de Jesús, la Eucaristía "transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos", pues "es Jesús mismo que se dona enteramente a nosotros":
Dónde comienza el Cielo
Para Francisco, alimentarse de aquel "Pan de la Vida" "significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y tornarse personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. El propio Jesús hizo esto".
"Vivir en comunión real con Jesús en esta tierra -observó el Papa Francisco- nos hace desde ya pasar de la muerte para la vida. El cielo comienza justamente en la comunión con Jesús". (JSG)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Radio Vaticana


Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/72353#ixzz3jE6hp1l7
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