MATERIAL PARA ELABORAR UN TRIPTICO
DE LOS VIAJES DEL SANTO PADRE A SUDAMERICA.
En esta tierra y en este pueblo, arraigó con fuerza el anuncio del Evangelio. Como huésped y peregrino, vengo para confirmar la fe de los creyentes en Cristo
resucitado, para que cuantos creemos en Él, mientras peregrinamos en esta vida, seamos
testigos de su amor, fermento de un mundo mejor, y colaboremos en la construcción de
una sociedad más justa y solidaria.
Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida
económica, social y política del País; cuenta con una Constitución que reconoce los
derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones
sensibles a estas realidades. Todo esto requiere un espíritu de colaboración ciudadana, de
diálogo y participación de los individuos y los actores sociales en las cuestiones que
interesan a todos.
El progreso integral de un pueblo incluye el crecimiento en valores de las personas y la
convergencia en ideales comunes que consigan aunar voluntades, sin excluir ni rechazar
a nadie.
Si el crecimiento es solo material, siempre se corre el riesgo de volver a crear
nuevas diferencias, de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros.
Por eso, además de la transparencia institucional, la cohesión social requiere un esfuerzo
en la educación de los ciudadanos.
En estos días me gustaría alentar la vocación de los discípulos de Cristo a comunicar la
alegría del Evangelio, a ser sal de la tierra y luz del mundo.
La voz de los Pastores, que
tiene que ser profética, habla a la sociedad en nombre de la Iglesia madre, porque la Iglesia
es madre y desde su opción preferencial y evangélica por los últimos. Por los descartados,
domingo, julio 12, 2015
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